cuarzos

Los Cristales y las piedras son una idea de la Naturaleza, una herramienta para la salud, un símbolo de perfección, son materia, por lo tanto están compuestos de partículas diminutas, los átomos. Estas construcciones del mundo de la física pueden partirse a su vez en partículas menores, protones, neutrones y electrones. Si examinamos detenidamente estas unidades básicas de energía, comprobamos que no son materia sino vibraciones sutiles, todas ellas vinculadas a la fuerza del cosmos.

El mundo físico en su totalidad esta formado en base a múltiples variaciones y combinaciones de átomos. El modo en que los átomos se unen unos a otros determina qué molécula formará y qué aspecto tomará la materia. En la formación de las estructuras cristalinas, por ejemplo el Cuarzo, los átomos se unen como piezas de un mismo rompecabezas.

Esta integridad original también se manifiesta en el plano molecular: todas las moléculas palpitan y vibran en una misma frecuencia. Esa micro-estructura (o retículo) define las propiedades físicas del cristal: apariencia exterior, dureza, desdoblamiento, tipo de fractura, gravedad específica y propiedades ópticas.

El reino de los cristales consta de siete familias. Cada una tiene su propia estructura geométrica y su estructura molecular y todas un linaje propio de cristales; los cristales parientes nacen de un retículo geométrico común. A simple vista los cristales exteriorizan una estructura molecular interna y su geométrico diseño cósmico.

Todos los sistemas cristalinos llevan un eje de rotación imaginario y diversos ángulos que se cruzan con los ejes en su interior. Las longitudes de ejes y ángulos entre sí determinan la geometría del cristal. Las siete categorías cristalinas originales son diseños naturales del universo manifestados en el globo terráqueo a través de los cristales.

El proceso metódico de unión entre átomos en cualquier estructura cristalina confiere a estas representaciones de la naturaleza la propiedad de ser un todo homogeneo. Todas las unidades individuales de energía armonizan con la fuerza cósmica, uniéndose luego con los átomos hermanos para crear luego una materia purificada en extremo.

Esta manifestación física de unidad vibra al unísono con la armonía cósmica que la engendró. Y así es como podemos contemplar formas perfectas, colores vivos, una luminosidad radiante en cristales y piedras.

La punta del cristal conecta y alinea cada molécula, átomo, protón, neutrón y electrón incluidos en el cristal con la fuerza universal de infinita energía.

Los cristales tienen el poder de recibir, contener, proyectar, emanar, refractar y reflejar la luz, esa suprema expresión de las energías conocidas del mundo físico.

Cuando exploramos, en su estructura atómica, los cristales o cualquier objeto del mundo de la física, sabemos siempre con seguridad que esta manifestación física no es mas que UNA VARIACION VIBRATORIA de la esencia primigenia.

Cuando el plano de la conciencia se expande hasta abarcar esta comprensión de la realidad, se trascienden los límites de la mente, abriéndose de par en par el acceso a dimensiones superiores e internas.

Los cristales participan en el proceso de concienciación, enseñandonos la armonía con la esencia creadora y unificadora del universo.

Casi todos los cristales nacen de la fusión de la materia con masa cristalina en formación. Algunos tienen su orígen en el magma o en gases ardientes del interior de la tierra, o en las corrientes de lava volcánica que ascienden hacia la superficie del planeta. Estos minerales, entre ellos el Cuarzo son los llamados minerales magmáticos. Son formados al solidificarse esa masa rocosa fundida, a medida que se enfría y endurece. Entonces los átomos se unen hasta lograr la regularidad necesaria para determinar la forma y composición del cristal.

Algunos cristales nacen de vapores expulsados en regiones volcánicas. Los cristales de este tipo llevan azufre y se van condensando, pasando del estado de gas mineralizado caliente a un estado sólido, a medida que se escapan los gases del interior de la tierra.

Otros cristales nacen de soluciones acuosas o crecen con la ayuda de organismos existentes en la superficie o cerca de ella. Estos cristales se han venido llamando minerales de sedimentación y se forman siguiendo un proceso de erosión mecánica o química.

Aire, agua,viento o hielo son los principales factores de erosión que participan en la disolución de unas materias que acabarán consolidándose, y tal vez, cristalizando, como es el caso de la Calcita.

También nacen minerales nuevos de la recristalización de minerales existentes bajo presiones y temperaturas altas en las regiones mas profundas de la corteza terrestre. Realizada su formación original, estos minerales metamorfósicos experimentan cambios estructurales y químicos. Estas alteraciones reorganizan los átomos, creando nuevas estructuras, composiciones y cristales dispares. El granate es un ejemplo de estos cristales.

ESTRUCTURA ATOMICA DE UN CRISTAL CUBICO

Los cristales emanan constante y suavemente una fuerza vital positiva. Un cristal colocado en una habitación puede cargar favorablemente el entorno y conectar de manera positiva con quienes utilizan la habitación, porque las vibraciones irradiadas por el cristal tienden hacia el equilibrio y la armonía de manera incesante.

La energía que irradia un cristal esta siempre presente, nunca cesa, ni aun en la oscuridad. Pero al mismo tiempo, el cristal modifica la energía que existe al focalizarla, ampliarla y dirigirla. Esto sucede tanto con la energía existente en una habitación como con la propia energía de cada persona. Y esta capacidad modificatoria de la energía ajena, sumada a su propia energía, es lo que constituye el poder del cristal.

Los Cristales son las células de la Tierra, su conciencia, su ADN, que es mínimamente planetario, luego galáctico y cósmico.  Están aquí para transformar nuestro ADN hacia una nueva potencia, para expandir nuestro Ser y despertar todos nuestros Cristales Internos.

Los Cristales son la Luz en el camino, una herramienta de sanación y expansión sin límite alguno, descubrirlos es descubrir una parte de ti mismo.

Que iluminen tu vida así y más como han iluminado la mía y la de cientos de pacientes que han interactuado con ellos en las terapias de Cristales…sólo permite que su luz te inunde los cuerpos y el alma.

Con amor…Luisa Caro.

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